Madre Tierra;
Hoy, en un acto de humildad y reflexión, deseo dirigirme a ti para expresar mi más profundo pesar por el daño que, como especie, te hemos infligido. En nuestro camino hacia el progreso y el bienestar, hemos sido ciegos ante las consecuencias de nuestras acciones, actuando muchas veces como seres indiferentes y, sí, hasta animales, en nuestra forma de tratar tu entorno.
Hemos explotado tus recursos sin consideración por su agotamiento, hemos contaminado tus aguas, envenenado el aire que respiras y alterado el equilibrio natural que tú, con tanta paciencia, has mantenido durante milenios.
Como seres racionales, hemos olvidado la esencia misma de nuestra conexión contigo. Olvidamos que somos una parte integral de tu vasto ecosistema, que cada acción tiene una reacción, y que el daño que causamos a ti también nos afecta a nosotros y a las generaciones venideras.
Es hora de asumir la responsabilidad por nuestras acciones y de buscar la redención. Debemos cambiar nuestros hábitos, nuestra mentalidad y redefinir nuestra relación contigo, para restablecer el equilibrio que hemos perturbado.
Te pido perdón en nombre de la humanidad. Pido perdón por nuestra arrogancia, por nuestra indiferencia, por nuestra falta de empatía hacia ti y hacia todas las criaturas que compartimos contigo este hogar.
Es momento de actuar. Debemos aprender de nuestros errores, educar y concienciar, trabajar juntos para restaurar lo que hemos dañado y preservar lo que aún queda. El cambio comienza en cada uno de nosotros, en cada pequeño acto de bondad hacia ti y hacia nuestras futuras generaciones.
Prometo, desde lo más profundo de mi ser, hacer todo lo que esté a mi alcance para ser parte de la solución. Así como hemos sido destructivos, también tenemos el poder de ser constructivos, de sanar y proteger lo que tanto valor tiene: nuestro hogar, nuestro único y maravilloso planeta.
Hagamos honor a nuestra capacidad de compasión, empatía y respeto. Que este perdón sea el primer paso hacia una relación más consciente y amorosa contigo, querido mundo, pues solo así podremos construir un futuro en el que todos podamos prosperar en armonía.
Con profundo remordimiento y la esperanza de un mañana mejor,
Paola Reyes Jorge
